El monje guerrero llamado Liu Kang había logrado derrotar al malvado hechicero Shang Tsung y había librado a todo el mundo de la amenaza que se cernía sobre él. Su épica hazaña iba a tener sin embargo una celebración muy corta... Shang Tsung había logrado escapar como un cobarde hacía el Outworld, un mundo paralelo al nuestro regido por un tirano inmortal llamado Shao Kahn. Kahn era quien estaba detrás del intento de invasión de la Tierra que los Dioses Antiguos habían intentado impedir creando el torneo Mortal Kombat, pero ahora que su lacayo Shang Tsung ha fracasado en el último momento, sus malvados planes de conquista se desmoronan. Tsung es conducido ante Kahn para ser ejecutado por su deshonrosa derrota, pero antes de ser aniquilado, el desesperado hechicero idea un plan maquiavélico que parece aplacar las iras de su maestro. El plan de Shang Tsung era atacar por sorpresa a los guerreros de la Tierra que le habían derrotado y secuestrar a Sonya Blade para obligar al resto de guerreros a participar en un nuevo torneo. Sabiendo del carácter bondadoso de estos nobles guerreros, Tsung era consciente de que no podrían rechazar tal propuesta dejando a su suerte a uno de los suyos. Pero este segundo torneo en el Outworld no era más que una trampa, pues ganasen o perdiesen ya nunca jamás les dejarían regresar a la Tierra, y así esta quedaría desprotegida para ser invadida. Kahn no solo aceptó darle una nueva oportunidad a Tsung, si no que además restauró su juventud para que él mismo participase en el nuevo torneo y pudiera vengarse de Liu Kang. Así comienza una nueva batalla en el extraño Outworld, donde todo está de nuevo en juego, y donde el torneo está ahora totalmente regido por Kahn y sus villanos.
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