“Impresionante recompensa por capturar al monstruo bichúo de la cueva”, leyó Cheril en el tablón de anuncios “tico-ticos de sandía de por vida”. Se montó en su Vespino Rossi y se dirigió a toda velocidad con su mono enterizo rosita a acabar con el mal. Y de paso hartarse de tico-ticos de sandía.
Screenshot
No hay comentarios:
Publicar un comentario